martes, 22 de mayo de 2007

El Gallo Claudio y la casa de fotos

Hoy estuve con el Gallo Claudio en el comercio de fotografías de la calle Mitre en la Ciudad de Luján. El muchacho que ahí atiende, según parece hijo del dueño, ronda los treinta y pico y posee un timbre de voz idéntico al famoso dibujito de mi tierna ? infancia. Fue una experiencia mágica porque mas allá de la evocación del ave de corral, todo lo que rodeaba a Claudio parecía una foto de antaño, el comercio parecía detenido en el tiempo, o por el contrario parecía resistir al avance inexorable de la vida, un local de 2 x 2 que saca fotografías de 3 x 3 para Carnet... Rodeado de fotos en blanco y negro que testimonian el paso de alguna "celebridad" por la Ciudad. Un antigüo campeón de boxeo, la visita del Papa, etc. etc. Según sus propias palabras actualmente se dedican solo a las fotos carnet; y claro el avance de la fotografía digital ha cambiado algunas reglas del negocio; ya prácticamente no existe la fotografía "social". Claudio, me hace pasar detrás del diminuto mostrador e irrumpe un pequeño espacio donde hay en su lateral un espejo con reglamentario peine a fin de atildarse para la ocasión. En el centro la silla; y frente a mi el Gallo con una pequeña cámara digital, no diferente a la que tiene hoy mucha gente. En ese instante recordé las fuertes y cegantes luces que en mi infancia requería ese momento de la toma. Siempre me costaba tolerar los ojos abiertos ante tanta potencia lumínica. Mas aquí en el tiempo habían aparecido las cámaras "Polaroid" .Finalmente me dijo ".. la tiene en tres minutitos". No muy diferente a la promesa de lo carteles publicitarios de 25 años atrás. Lo que antes era parte de un oficio, hoy la popularización de las camaritas y su inmediatez han hecho perder esa magia de lo que se hacía dentro del misterioso "cuarto oscuro"...Hoy un purrete con mínimo entrenamiento podría realizar la tarea. Ahí mismo se me pianto un lagrimon.Solo falto que me dijera " Arroja lo foto hijo, arrojala...."
Click.

1 comentario:

Marcelo Metayer dijo...

Qué bárbaro. Las cámaras digitales, para mí, han recuperado la magia de la Polaroid.
¿Sabías que se están desarrollando impresoras del tamaño de las camaritas, para poder tener la foto al instante y en papel?
Los lagrimones que se me piantan salen acompañados de maravilla.